miércoles, 13 de diciembre de 2023

El mundo entero se llama Arrigunaga

 

                                           1923-2023   

         En el centenario del nacimiento de
      Ramiro Pinilla        





Mercedes Acillona López (coord.). Ramiro Pinilla: el mundo entero se llama Arrigunaga. Universidad de Deusto. Bilbao, 2015

Libro imprescindible para acercarnos a ese "mundo entero" de Ramiro Pinilla. Es una alegría comprobar que un escritor al que, a pesar de los premios conseguidos, algunos críticos literarios o autores de manuales  de Historia de la Literatura lo han silenciado, haya conseguido que profesores del mundo académico hayan profundizado en su obra. Es alegría para sus lectores y justicia para un gran escritor.

SUMARIO  (con frases de los estudios entresacadas por mí)

Ramiro Pinilla, el escritor que sabía escuchar
María Bengoa Lapatza-Gortazar, periodista.  (Viuda de Ramiro Pinilla)

“Uno de los rasgos más dominantes de la personalidad de Ramiro Pinilla era su inmensa curiosidad, su actitud de escucha. Durante los más diez años que compartí con él, comprobé muchas veces cómo entrevistaba a quienes venían a entrevistarle.” (p. 11)

Introducción
Mercedes Acillona López

“La narrativa de Ramiro Pinilla representa medio siglo de novela en España. Desde su primer premio en 1960 con Las ciegas hormigas hasta su última novela Cadáveres en la playa, su universo ha ido creando una espiral, en ondas concéntricas pulsadas desde un mismo espacio. Getxo, Arrigunaga, representan un universo de ficción paralelo, reconocible pero fantástico, real y mítico, concreto y universal, al  mismo tiempo. El mundo entero se llama Arrigunaga”. (15)

Estudios

- Las ciegas hormigas de Ramiro Pinilla: un canto a la libertad natural.                                                      Iñaki Beti Sáez, Profesor de la Universidad de Deusto. (in memoriam)

En un pueblo costero del País Vasco, durante una noche de viento y lluvia, varias familias acuden a orillas del mar para recoger el carbón desprendido de un buque inglés encallado en el litoral, concretamente a la altura de La Galea (Vizcaya). La esforzada recogida del carbón y el posterior destino del preciado mineral configuran el conjunto argumental de la novela”. (p.23)  

- Un relato  criminal protagonizado por un detective adolescente. En el tiempo de los tallos verdes, la segunda novela de Ramiro Pinilla
Lucía Montejo Gurruchaga,  UNED

El narrador-detective es un adolescente de trece años, Asier Altube, que ocasionalmente vive unas circunstancias difíciles: está inmovilizado y se traslada en una rústica silla de ruedas, que le ha construido su hermano mayor, porque un tractor le ha producido graves heridas en los pies. Es el que asume las funciones de narrador, es el centro del relato...” (p.44)

 - Seno. Un éxodo hacia la matria original                                                                                                Mercedes Acillona López, Profesora de la Universidad de Deusto

Seno se construye sobre la base fundacional de la mitología vasca: el matriarcado. Esta categoría instaura los fundamentos de la cultura vasca y sus creencias milenarias, vinculándose con una cosmovisión telúrica y lunar. Pinilla escribe su novela sobre la base de un personaje central, María, en torno a la cual giran todos los demás. María es el principio femenino de la fertilidad y la vida. María encarna a Mari, representante de la Gran Diosa, de la Diosa Madre concebida a partir de la Tierra Madre. (p. 66)

- La saga de los Baskardo o la reivindicación de los orígenes
Antonio Garrido Domínguez, Profesor de la Universidad Complutense de Madrid

[] la obra (Recuerda, oh recuerda !) [...] es fácilmente interpretable en clave de lo que podría interpretarse literatura de los orígenes y conectable, por tanto, con el mito, el cantar de gesta, la saga, la utopía y la reivindicación de los valores originarios asociados desde los comienzos a los Baskardo de Sugarkea [...] la mujer y la procreación, la lengua, la religión, la libertad, la tradición, civilización y barbarie, el bien y el mal, y, en otro nivel, el hierro, la rueda y el fuego. (p. 80)

- Una aproximación a las Primeras historias de la guerra interminable
Margarita Garbisu Buesa, Profesora de la Universidad a Distancia de Madrid

Pinilla publica sus Primeras historias de la guerra interminable, una colección de nueve cuentos con la guerra civil como nexo de unión en 1977 [...] Más de una vez Pinilla ha afirmado que algunas de sus mejores páginas se encuentran en todos estos textos porque en un cuento puedes mantener la tensión de un modo heroico; algo, según él, imposible en una novela larga”. (p.94)

- El hambre y la novelaAntonio B. el Ruso
Juan Manuel Díaz de Guereñu, Catedrático de la Universidad de Deusto

[...] como señaló Iñaki Beti en su tesis doctoral sobre la narrativa de Pinilla, la novela (publicada en 1977) rompió los moldes forjados en sus obras anteriores en lo relativo a espacio, personajes, estilo : a la “crónica épica” de los hechos en tierras de Getxo de personajes con aires de mito la sustituyó una labor de modesto “transcriptor” de las memorias “ de un pobre hombre que padeció miserias y violencias sin cuento en la comarca leonesa de Las Cabreras”. (p.109)

- Y Pinilla creó a Txiki Baskardo
José Ramón Zabala Agirre, Hamaika Bide Elkartea

“En el conjunto de la obra de Ramiro Pinilla Andanzas de Txiki Baskardo puede parecer un libro ciertamente discordante dentro de la atipicidad que caracteriza la literatura del escritor. Supuestamente dirigido a los niños, se trata de una obra íntimamente ligada al mundo y a la fantasía del autor, un conjunto de relatos que nos hablan de la creación del mundo y de su historia desde una perspectiva vasca”. (p.127)

- El fantasma del deseo: delirios nacionalistas en Huesos, de Ramiro Pinilla 
Iker González-Allende, Profesor de la Universidad de Nebraska-Lincoln

Partiendo del argumento de la novela, en una primera lectura se podría pensar que Pinilla está criticando el franquismo, el cual provocó el ostracismo del nacionalismo vasco y la represión y ocultación de los contrarios al régimen dictatorial. Así, Ismael no saldría a la calle por la represión franquista durante la postguerra, ya que la guerra siguió existiendo en los supuestos años de paz. (145)

- Verdes valles, colinas rojas y la identidad vasca plural.
Santiago Pérez Isasi, Profesor de la Universidad de Lisboa

Como el propio Ramiro Pinilla ha afirmado en más de una ocasión, Verdes valles, colinas rojas es la culminación, el texto canónico en el que se condensa su cosmovisión creativa global. Estamos, sin duda, ante una obra ambiciosa y compleja, que no solo reúne los temas y preocupaciones habituales del escritor -el nacionalismo, la inmigración, la construcción de la identidad vasca...-, sino que también ejemplifica sus elecciones técnicas y sus opciones éticas y ideológicas, constituyendo el ensamblaje definitivo de un cosmos narrativo en progresivo desarrollo, al menos desde los años 50”. (p.166)

- Crimen y castigo en La Higuera de Ramiro Pinilla: Del trauma y la ceguera parcial a una potencial clarividencia.                                                                                                                                                              Aitor Ibarrola-Armendáriz

 La novela se centra en los duros años de la postguerra en Getxo, época en la que, como el autor ha recordado en varias entrevistas, eran habituales los asesinatos al margen de la legalidad cometidos por bandas de falangistas, dedicados a “dar paseos” a todos “los rojos”. Pinilla asegura en esas mismas conversaciones que su principal objetivo en esta obra no es la venganza ni instigar represalias sino, más bien, la recuperación de la memoria para que las generaciones más jóvenes sepan de algunos episodios que han permanecido silenciados y reprimidos durante más de medio siglo. (p.204)

- Metáforas marinas y metanovela policiaca en Sólo un muerto más
Por Jorge Chen Sham, Catedrático de la Universidad de Costa Rica.

Pero la novela de Ramiro Pinilla no se dirige tanto hacia el examen que ironiza la realidad inmediata [...] y se centra, más bien, en la formación del detective. Siguiendo el precepto unamuniano de cómo se hace una novela, para que el protagonista (el librero Sancho Bordaberri) se invente una nueva identidad que desdoble la suya, investido como detective (de nombre Samuel Esparta) realiza un homenaje conspicuo a sus héroes librescos y al proceso de investigación que imita deliberadamente Sancho Bordaberri. (p.224)

 

NOTAS AL MARGEN:

Con esta entrada finalizo el rastreo que he ido haciendo en diversos manuales y obras de Historia de la Literatura buscando la valoración literaria que sobre Ramiro Pinilla se había hecho, contento cuando era nombrado y valorado y desilusionado cuando no era ni lo uno ni lo otro.  

lunes, 13 de noviembre de 2023

Ramiro Pinilla, escritor por encima de las adversidades

 

                                                     1923-2023   

         En el centenario del nacimiento de
      Ramiro Pinilla        




 Javier Feijoo Morote. La estética de Ramiro Pinilla. Idilio, imaginación y compromiso. Zaragoza: Prensas de la Universidad de Zaragoza, 2020

Javier Feijoo Morote (Tarragona, 1976). Doctor en Literatura Comparada por la Universidad del País Vasco y la Université de Pau et des Pays de l’Adour.

Me he servido del primer capítulo EL RECORRIDO LITERARIO DE RAMIRO PINILLA y de material que yo tengo sobre el escritor para redactar y darle este recorrido al título.


Soledad y terquedad

“La necesidad de evasión de la realidad de la posguerra española constituyó, evidentemente, una circunstancia determinante en su vocación creativa.  Pinilla comenzó a leer y, posteriormente, a escribir, a pesar de la oposición y de las burlas de sus amigos y familiares. “Mi hermano les dijo a mis amigos que yo escribía...y empezaron a cachondearse de mí. Me veían como un marciano".

Le debo toda la afición a mi abuela [...] Un día yo le leí una cuartilla que había escrito, y ella se levantó y dijo: “¡Tenemos un escritor en la familia!”. Aquello fue la piedra angular de mi persistencia.

 Con 19 años ganó un concurso radiofónico por la semblanza de Escarlata O`Hara. En la veintena escribió varias novelas policíacas y del oeste, de las que solo publicaron una El misterio de la pensión  (1944).

 La biblioteca personal

 Consultada su biblioteca en su despacho de Walden, Javier Feijoo destaca estos tres aspectos en sus preferencias literarias e intelectuales:

- predominio abrumador de escritores estadounidenses : Faulkner, Dickens, Steinbeck, Hemingway, G. Green, Verne, Hammett, Chandler, Van Dine, London. (Autores que pudo leer por su acceso a la Casa Americana de Bilbao)

- presencia notable de obras de Baroja y Unamuno.

- una cantidad considerable de ensayo sobre temática vasca: de Barandiarán, J.C. Baroja y J.P. Fusi (sobre los movimientos obreros)

 La Casa Americana de Bilbao

 Fue fundada en 1949 por la Embajada de Estados Unidos.

El descubrimiento de Faulkner (“Mi papá es Faulkner”, decía Pinilla) no fue casual. El escritor norteamericano era promocionado por el Departamento de Estado a través de distintos programas: lecturas, conferencias o entrevistas,  convirtiéndose el autor norteamericano en una de las primeras estrellas culturales de la Primera Guerra fría americana.

La Casa Americana se cerró en 1961, pasando a formar parte del Consulado hasta 1996.

La literatura negra y su configuración como escritor

En los años cincuenta y sesenta, que él apodaba su “época épica”, trabaja por las mañanas en la Compañía de Gas, pero necesitado de más ingresos económicos, produce lo que él llamaba “literatura negra”:

- por las tardes redacta para la editorial Fher novelas, cuentos y textos narrativos para cromos, y escribe adaptaciones de novelas populares: Ben-hur, Pinocho, Otra vez Heidi...y otras.

- para la editorial Asuri de Bilbao serán biografías por encargo: Churchill, Pasteur, M.L. King...entre otras.

"No era trabajo de creación, sino auténticas chapuzas de las que me avergüenzo [...] era un refrito"

Pero produce, además, dos obras que se pueden considerar como su protoliteratura : El ídolo (1959), ganadora de un concurso organizado por El Mensajero de Corazón de Jesús y El héroe del Ton-kin (vida de Valentín Berrio-Ochoa), contratado por  una editorial eclesiástica de los Padres Dominicos de Bilbao.

 El primer espaldarazo como escritor: Las ciegas hormigas (1960)

En un contexto familiar difícil: trabajo de administrativo, escritor para la editorial Fher, cultivo de la huerta de Walden - nombre de la casa que se la iban haciendo en Getxo, a donde fue a vivir en 1957 -, la granja de gallinas y la educación de sus tres hijos, presenta al concurso del premio Nadal de la editorial Destino su novela Las ciegas hormigas que resultó ser la ganadora del Nadal del 60, recibiendo además el Premio de la Crítica (ya en 1962). Novela de influencia totalmente faulkneriana.

Varios percances que se van sumando le producen un bloqueo como escritor durante unos años: la enfermedad grave de su mujer (1963), el despido de la editorial Fher y el reto personal de escribir una novela a la altura de la premiada . Sin embargo, a mediados de los sesenta tenía acabada la novela El salto, que se quemó en un accidente familiar. La reescribió pero la editorial  Destino no se la publicó. En el 68 pierde la visión de un ojo, motivo por el que se jubila con 45 años de la Fábrica del Gas pero con una pequeña pensión que no daba para mucho. Sin embargo, a finales de la década Destino publica En el tiempo de los tallos verdes, novela policíaca donde ya se perfilan escenas y aparecen personajes de su universo literario posterior.

 Premio Planeta 1971, un premio fallido

En el año 1971 presenta su libro Seno al premio Planeta. Queda finalista pero algo oscuro, protagonizado por Lara, sobre dos sucesos: el primero sobre la concesión del premio - el editor prefirió como ganador a un "escritor de la casa": J.M. Gironella, a pesar, decía Pinilla,  que le había dicho que sería el ganador -; y el segundo sobre la publicación tardía de su novela - tardó seis meses en salir a la luz-. "La novela nació muerta", comentaba el escritor. Como consecuencia, se despidió de esta editorial.

Igualmente lo haría con Destino, la editorial del Nadal. Tenía sus motivos: la editorial había vendido unilateralmente los derechos de su novela a una productora alemana para hacer una película para una televisión. Además, según explicaba Pinilla, su novela se había traducido a algunos idiomas y no había recibido ningún pago económico. El contrato que había firmado , lo calificaba de "leonino" por parte de Destino. 

Un destierro voluntario de más de 30 años 

Y desde los setenta empezó su apartamiento literario de grandes editoriales; apartamiento que duró mas de treinta años. En este tiempo surgió el proyecto de creación de su propia editorial, realizado con un periodista amigo, J.J. Rapha Bilbao.

El acicate fue la publicación por la editorial Albia de Bilbao de su novela Antonio B., el rojo, ciudadano de tercera; España. España, al precio de 700 pesetas . Un libro de denuncia social, religiosa, militar, judicial que Pinilla pretendía que llegase a gran parte de la población y cuyo precio, que le pareció excesivo, limitaba enormemente su compra.

 Libropueblo/herriliburu (1977-1986)

La editorial basó su ideario en una oposición práctica a la comercialización de la cultura, tratando de acortar las distancias entre el escritor y el lector y ofreciendo libros a precio de coste. En una de sus páginas venía el desglose de gastos y el precio del ejemplar. Eran los años de la Transición.

El lugar de venta de referencia fue la Plaza Nueva de Bilbao, a la que acudían puntualmente todos los domingos por la mañana montando un tenderete con sus libros. También estuvieron presentes en pueblos sobre todo de Vizcaya. Y algunos desplazamientos a Madrid y venta en el rastro y en las fiestas del PCE, así como a capitales vecinas como Pamplona y San Sebastián.

 Algunas obras publicadas o reeditadas en esta su editorial constituyeron el germen literario de su trilogía: ¡Recuerda,oh recuerda¡, Primeras historias de la guerra interminable, La gran guerra de Doña Toda y Andanzas de Txiki Baskardo.

 Taller de escritura de Algorta (1978-2019)

 Pinilla pertenecía a la Asociación de Vecinos de Algorta y un día, en una reunión, se comentaba de  ampliar la lista de actividades  para buscar la participación de más gente: música, teatro, lecturas...Y a alguien se le ocurrió preguntarle Pinilla: ¿Por qué, siendo tu escritor, no se monta un taller de escritura? Pinilla se acordó del episodio con su abuela y le pareció que era una buena idea para fomentar la afición por escribir el hecho de poder ser escuchado i criticado por los talleristas. Era 1978; la pandemia  desbarató la experiencia de más de 40 años. Por este taller pasaron centenares de personas; algunos con nombre dentro la narrativa actual, como Jon Bilbao, Willy Uribe...

 Walden

Mientras tanto, en Walden, en su cuarto de lectura, de escritura y escritura empezó a escribir, folio tras folio, a mano, su obra magna, su testamento literario. Fueron 3507 folios manuscritos que durante veinte años fue redactando: Verdes valles, colinas rojas, que Tusquets publicaría en tres volúmenes (2200 páginas). Había comenzado su redacción en 1980. "He escrito Verdes valles, decía, sin salir de este cuarto..."

 Revista Galea (1982-2000)

En octubre de 1982 apareció el primer número de una revista o periódico de ámbito municipal llamada Galea. El editorial, con toque de humor, comenzaba así:

“ Getxo,uno de los pueblos más importantes del mundo, no podía seguir sin su propio periódico por más tiempo [...] henos aquí, consumando la atrevida aventura de poner GALEA en tus manos cada 30 días...”

 Aquí dieron sus primeros pasos jóvenes que luego se harían fotógrafos, periodistas...como Lucía Martínez Odriozola, que llegó a ser profesora de periodismo en la UPV.

Durante su existencia Pinilla desempeñó distintas tareas, con diferentes grados de implicación, compartiendo la dirección, entre otras personas con su hijo Ramiro.

Su postura de crítica nacionalista trajo consigo una relación de hostilidad con las fuerzas del PNV en Getxo y, por supuesto con el mundo abertzale . El final dela revista  estuvo marcado por un ataque de los radicales abertzales en octubre del 2000 con cócteles molotov.

 Salida del retiro voluntario

Embarcado en la revista y el taller pero produciendo en casa a finales delos noventa otras novelas: Quince años y Huesos, que como las anteriores desembocarán en  la trilogía. Una vez finalizada, hacia el 2000, llegó el momento de querer publicarla, y. en esta ocasión pretendió hacerlo a través de una editorial de prestigio. Reto nada sencillo por la magnitud de la obra y de un escritor ya olvidado después de tantos años de retiro voluntario. "Me dije: bueno ya es hora de ponerme en contacto con una editorial decente"

Probó con Espasa y ante su negativa contactó con F. Aramburu quien hizo llegar el material a Beatriz de Moura y Juan Cerezo de la editorial Tusquets, que decidió publicar los tres volúmenes. " No tenía nada claro que se animase nadie a publicarlo". 

A partir de su publicación en 2004, 2005 y 2006 vinieron premios y reconocimiento literario. Las siguientes novelas sería también Tusquets la que las fue publicando. De algunas de ellas algo se explicará en la próxima entrada.

Reconocimiento literario, hay que decirlo, por parte de algunos críticos y profesores y catedráticos de literatura; otros lo han ignorado.


NOTAS AL MARGEN.

1. El libro está basado en la tesis doctoral que David Feijoo Morote defendió en 2019 en la EHU/UPV.

2. Para profundizar en la obra de Pinilla a través de la sugestiva tesis de Feijoo Morote léase el libro.


viernes, 13 de octubre de 2023

Una voz señera en la narrativa

 


Jon Kortazar, crítico literario y desde 1992 catedrático de Literatura en euskera en la Universidad del País Vasco.

He aquí una breve visión de la trayectoria narrativa que hace del escritor getxotarra:

Ramiro Pinilla constituye una de las voces más importantes de la narrativa vasca escrita en castellano y posee una trayectoria novelística de gran alcance y de proyección internacional en algunos momentos de su dilatada historia creativa.

 Mantenía una memoria afectuosa de Ramiro Pinilla, aunque lo traté poco; pero fui miembro del Jurado que concedió el Premio Euskadi de Literatura a la primera parte de Verdes valles, colinas rojas en 2005. Las crónicas dicen que fui Presidente del Jurado, y así mismo estuve en el jurado que concedió el Premio Nacional de Narrativa del Reino de España a la tercera parte de la misma obra en 2006, por lo que tenía un cierto conocimiento de su generosa obra.

RAMIRO PINILLA, UNA VOZ SEÑERA EN LA NARRATIVA

 En la dilatada obra de Ramiro Pinilla, la crítica especializada distingue cuatro etapas:

 1) Una primera de tanteo de su obra literaria. En ella se encuentran novelas escritas con seudónimo y distribuidas en quioscos como subliteratura. A esta época corresponden estas dos novelas: Misterio de la pensión Florrie (1944, publicada en edición de quiosco bajo el seudónimo de Romo P. Girca) y El ídolo (1957), que recibió un premio local, el Premio Mensajero.

 2) La consagración de Ramiro Pinilla llegó a través de dos prestigiosos premios nacionales. La novela Las ciegas hormigas consiguió el Premio Nadal en 1960, y la obra vanguardista Seno fue finalista del Premio Planeta en 1970 (sic). En medio, había publicado otras obras de género: El héroe del Tonkin (1961) y En el tiempo de los tallos verdes (1969), una novela policíaca con un detective adolescente como protagonista.

 3) Tras la muerte de Franco, y la publicación en Bilbao de una muy importante novela, Antonio B., el rojo, ciudadano de tercera (1977, censurada, debió titularse Antonio B. el ruso), Ramiro Pinilla decide romper con el mercado editorial y llevar a cabo una personal aventura. Funda junto al artista J. J. Rapha Bilbao la editorial Libropueblo, que busca la venta de los libros de manera directa con el público lector (Pinilla vendía personalmente los libros tras una pequeña y humilde mesa de camping) y a precio de coste. En esa pequeña empresa publicó, fuera de los

circuitos comerciales y nacionales, un puñado de libros: Recuerda, oh recuerda! (1974), Primeras historias de la guerra interminable (1977), La gran guerra de Doña Toda (1978), Andanzas de Txiki Baskardo (1980, edición bilingüe), Verdes valles, colinas rojas (1986, tomo 1). El escritor cuenta así su decisión:

 Pero yo vi que no estaba cómodo en el mundo editorial y como no tengo muchas ambiciones, con un amigo monté una pequeña editorial, Libropueblo. No lo hice para publicar cosas o de algún otro escritor que quisiera sumarse, sino para vivir tranquilo, publicar mis cositas sin tener que rendir cuentas a nadie, Aunque no gané nada, es una buena razón, la más importante. La Transición fueron otros tiempos, parecía que teníamos que salir a la calle. Llevábamos 40 años sin salir a la calle, sin hablar en la calle y creías que saliendo a la calle ibas a arreglar las cosas. 

(González, Enric: «Ramiro Pinilla y Enric González o los secretos de la vida»)

 4) Tras 30 años apartado de los círculos literarios, la editorial Tusquets relanza la carrera literaria de Ramiro Pinilla a través de la publicación de la magna trilogía Verdes valles, colinas rojas (2004-2006), La tierra convulsa, Premio Euskadi de Literatura en castellano, Los cuerpos desnudos, Las cenizas del hierro, que recibió el Premio de la Crítica (segundo que se le concedía) y el Premio Nacional de Narrativa, la recuperación de sus títulos desconocidos y la edición de nuevas obras: La higuera (2006), Sólo un muerto más (2009), El cementerio vacío (2013), Cadáveres en la playa (2014) un ciclo de novelas policíacas con el detective SamuelEsparta como hilo, que en la primera entrega investiga un crimen que dejó sin resolver en Verdes valles, colinas rojas: Los cuentos (2011) que reúne los relatos de Recuerda, oh, recuerda (1975) y Primeras historias de la guerra interminable (1977) y ¿cómo no?, la novela que examinamos hoy (2012) que también recibió el Premio Euskadi de Literatura en castellano.

 Lucía Montejo (sobre la novela de En tiempo de los tallos verdes) ha situado la narrativa de Ramiro Pinilla dentro de las estéticas de su tiempo:

Un ajuste de cuentas con el lenguaje ramplón de los epígonos del realismo social y una reacción en contra del experimentalismo agresivo que conducía a la novela a un callejón sin salida, al desdén por todo lo que en la novela pudiese haber de comunicación [...] Una narrativa, la de Pinilla, que oscila entre la influencia de Faulkner y la de García Márquez. 

 Una historia que contar y un estilo que la cuente con propiedad constituyen las dos bases fundamentales donde se construye el mundo novelesco de Ramiro Pinilla. Hay áreas constantes que se han mantenido presentes en su narrativa casi sin cambios, si se hace caso omiso de sus dos primeras creaciones literarias, cercanas a la experimentación. Hay una conciencia realista en la relación de las tramas novelescas, pero no está ausente una creación cercana al mito. El lugar donde suceden sus historias es siempre Getxo, una especie de lugar mítico y preciso a la vez, donde es posible hablar de existencia primigenia.

 NOTAS AL MARGEN:

1. Este texto es un fragmento del extenso artículo de Jon Kortazar publicado en el Boletín Hispánico Helvético, ISSN 1660-4938, volumen 33-34 (primavera-otoño 2019), pp. 183-204  

El título es Aquella edad inolvidable. Fútbol, nación, identidad en Ramiro Pinilla en el que "se examina la novela Aquella edad inolvidable de Ramiro Pinilla (1923-2014), una narración centrada en la historia de un futbolista retirado por lesión del Athletic Club de Bilbao, a fin de establecer algunas claves sociales del fútbol en la comunidad vasca: la fuerza identitaria del deporte, su influencia en la sociedad, su predominio en la creación de mitos en la infancia y en la transmisión de una conciencia política".

( He escogido sólo una parte del inicio del artículo en el que repasa la trayectoria literaria de Ramiro Pinilla)

2. Estaba yo perplejo sin entender su publicación en ese Boletín Hispánico Helvético y hoy mismo  una gran amiga de Bilbao, Mª Eugenia, me ha enviado por wasap un artículo que hoy aparece en El Correo y que me ha sacado de mi extrañeza e ignorancia: resulta que Jon Kortazar presentó un trabajo sobre esa novela ( la novela que examinamos hoy, se lee en el artículo) en un seminario sobre Deporte y Literatura organizado en 2018 en la Universidad St Gallen de Suiza.

 (Luego vendría, entiendo, la publicación de las ponencias en ese boletín).


miércoles, 13 de septiembre de 2023

"Dicen que nací el 13 de septiembre..."



                                      

                                    1923-2023   

         En el centenario del nacimiento de
      Ramiro Pinilla        









  
" Dicen que nací el 13 de septiembre de 1923, que fue el día del advenimiento de la dictadura de Primo de Rivera. La relación que pudiera haber entre este susto histórico y el parto de mi madre es algo no aclarado en la familia".



Celia López Sáinz. 100 vascos de proyección universal originarios. "PINILLA RAMIRO [Biografía breve]" (292-295). Bilbao: Editorial La Gran Enciclopedia Vasca, IX-1981

domingo, 13 de agosto de 2023

Luces y sombras en los VERDES VALLES

 


                                                        1923-2023   

         En el centenario del nacimiento de
      Ramiro Pinilla        




José María Pozuelos Yvancos. 100 narradores españoles de hoy. Palencia: Menoscuarto ediciones,  2010.

 José María Pozuelo Yvancos (Murcia, 1952), crítico literario y catedrático de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada de la Universidad de Murcia.

Explica el catedrático en el prólogo que ha reunido “una selección de las críticas que sobre narrativa española” publicó en el suplemento cultural del ABC durante los primeros años del siglo XXI.

Entre esas críticas, Pozuelo Yvancos comenta largamente (cada comentario ocupa entre dos y tres páginas) cada uno de los volúmenes de la trilogía Verdes valles, colinas rojas y también La higuera con sus luces y sus sombras. Cada comentario apareció  en el momento de la publicación del volumen; en él se anota el año y el número de páginas. En cada uno de los volúmenes de la trilogía hace el crítico un resumen temático que hemos obviado por razones de brevedad.


1.  La tierra convulsa, 2004, 744 páginas

“Se entiende, una vez leída esta novela, el largo silencio de Ramiro Pinilla. Porque es novela de aliento grande, de las que requieren una gestación cuidadosa”. Y aduce el profesor dos razones: una, “por su enorme extensión” y otra, “por su densidad, forzando al lector a acompañarlo en la desmesura de un proyecto, que en otras manos sería inviable quedando empequeñecidos los reproches que podrían y pueden hacérsele respecto a la prolijidad y excesivo puntillismo que alcanza a muchas de sus escenas”[...] “esta novela lee la historia toda del nacionalismo vasco como el enfrentamiento de los verdes valles, en que habitan los hombres de la madera (la sociedad rural primitiva) [...y las colinas rojas, que representan la s minas y la sociedad industrial de los hombres del hierro”.

Resalta que está “muy bien narrada”  tanto desde la perspectiva de diversos personajes como desde los registros “donde lo mítico alterna con lo histórico”. Y finaliza: “Quizá la literatura, y esta novela puede ser un ejemplo, acabe siendo lo que mejor pueda decir la historia de lo ocurrido en un lugar dorado cuando vinieron los siglos del hierro y muchos se negaron a elegir o quisieron que las viejas esencias dieran cobertura a intereses nuevos”. ( 376-378)

 

2. Los cuerpos desnudos, mayo 2005, 792 páginas

 Siendo este segundo volumen parte de una obra unitaria y con un tercer volumen previsto del mismo grosor, el autor aplaude “el arrojo  y proverbial pundonor del escritor y de sus editores”, pero , debido a su dimensión, resulta “en exceso prolija.  Podría decirse que si Ramiro Pinilla hubiera impuesto mayor contención, habría dado una obra maestra, porque es buena, pero muchos ratos se pierde en disquisiciones muy reiterativas” y en vicisitudes familiares “que llega en algunos momentos hasta la saciedad”. A nivel estilístico dice: “Continúa siendo muy eficaz la múltiple perspectiva asociada a los distintos narradores”(379-381).




3. Las cenizas del hierro, noviembre 2005, 646 páginas

Antes de entrar en el tema del tercer volumen y su valoración, hay un lamento inicial del autor en el que destaca que la separación de la publicación entre el primer y el tercer volumen “ha dificultado la claridad y la correcta intelección de lo que se lee. El lector [...] se ve obligado a titubear y se pierde en una maraña que le obliga a volver hacia atrás con excesiva frecuencia. Cosa parecida podría decirse de la crítica ”.

Después de hacer unas consideraciones sobre la trama y carácter narrativo,  pasa a hacer una valoración general de la trilogía afirmando que “ha sido devorada por su desmesura”. Y con sus luces y sus sombras destaca que “Ramiro Pinilla que es un escritor de primera fila, que ha dado una obra honesta como pocas, y con páginas antológicas, no ha cuidado la tensión necesaria, ni la jerarquía del interés del propio lector, que se ve desbordado por exceso, por sobreabundancia, a lo que colabora con demasiada frecuencia la estructura acumulativa, repetitiva, de hechos y situaciones”. Y finaliza en este claro -oscuro : “Con todo, no haber logrado en su desarrollo ser la obra maestra que el primer volumen prometía, no quiere decir que no haya que descubrirse ante un autor capaz de darnos la gran obra de su vida” (381-384).



La higuera, 2006

Comenta el crítico y catedrático en el inicio de su  comentario que el Premio Nacional de Narrativa que le dieron a Pinilla por el tercer volumen de la trilogía,  “posiblemente haya despertado un mayor interés” por esta obra “que confirma su valor literario”.

 Dedica a continuación, considerando que es un hijuelo de su obra magna, una vasta explicación a los personajes y al intríngulis de la novela, ambientada en la guerra civil. Pero más que realista, por el tema, dice el crítico que tiene “un mayor valor simbólico, al construir, una trama menos verosímil, por exagerada, pero muy eficaz: cómo el sufrimiento de culpa modifica la vida de uno de los asesinos”.

 Y al final del extenso comentario destaca los recursos usador por el novelista, “recursos casi teatrales”, “para lograr dinamismo.

 

NOTAS AL MARGEN

 1. Ese “largo silencio” que atribuye a Ramiro Pinilla en el comentario del primer volumen, que justificaría, dice, una obra de tal envergadura, tal vez no sepa el catedrático que ese silencio no fue tal, que iba escribiendo y publicando en editoriales pequeñas novelas que desembocaron en esta trilogía. “Todas mis obras desembocan en Verdes valles”, había dicho Pinilla en más de una ocasión.

- Es curioso resaltar que el apunte sobre la utilización de “recursos teatrales” que el catedrático menciona en su comentario de La higuera, Ramiro Pinilla ya lo había destapado en una conversación mantenida en 2004, cuando estaba ideando la novela. La veía cinematográfica. Y en 2017 se hizo una película basada en ella.

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jueves, 13 de julio de 2023

"Una pasmosa lección de perseverancia y energía narrativa"


                                   1923-2023   

         En el centenario del nacimiento de
                 Ramiro Pinilla                                         



Jordi Gracia y Domingo Ródenas. Historia de la literatura española. Derrota y restitución de la modernidad 1939-2010 (Vol 7). Dirigida por José Carlos Mainer. Madrid: Editorial Crítica, 2011.

 Jordi Gracia (Barcelona, 1965) es catedrático de literatura española en la Universidad de Barcelona 

Dentro del capítulo I, Historia y sistema literario, en el apartado 3 , En la posmodernidad, y en este bajo el título de Nuevos formatos y nuevos públicos: mercado y literatura, el autor afirma: “la literatura se abrió sin vergüenza al mercado” y comenta sobre el premio Planeta “la plataforma mediática que transforma el estatus del escritor que lo obtiene y el del finalista”.

Y este es el comentario sobre ese premio citado:

 “ A excepción de algún nombre aislado, hasta entonces (hasta finales de los sesenta) el Planeta mantuvo un carácter muy regular: escritores con poco fuste literario, proyección social o mediática previa, formato narrativo clásico y casi ninguna intención propiamente literaria. Excepciones las hay (cita a Aldecoa, finalista en 1954), aunque sin demasiada continuidad y muy poco determinantes del curso literario, como fue el caso de (cita a Andrés Bosch, Carmen Kurtz, Luis Romero) o de Ramiro Pinilla, que fue finalista en 1971 con una fábula dramática sobre la nostalgia de lo materno estable y central, encarnado tanto en el mar como en la tierra, Seno(p.251)

 Ya en páginas posteriores, dentro del capítulo II, Autores y obras, y en el apartado 3 La literatura de la democracia, y en este bajo el título Una lírica desatada y el subtítulo Algunas restituciones hacia 1950, se centra en la literatura de Ramiro Pinilla:

“En 1961, con una única novela a sus espalda (El ídolo, 1958), obtuvo el premio Nadal y el de la Crítica por Las ciegas hormigas, donde se acusaba la huellas Faulkner en la prosa y en la configuración de un espacio humano comunitario de fuerte enraizamiento en el medio natural y presidido por la insuficiencia y el fracaso. Aunque el autor ni se eclipsó ni se aisló por completo (en 1969 ensayó una novela policíaca En el tiempo de los tallos verdes, en 1975 intensificó el tratamiento mítico de los pobladores de un territorio en los relatos de ¡Recuerda, Oh recuerda!), lo cierto es que tuvo escasa repercusión. En 1977, a contracorriente del formalismo aún rampante, pareció retroceder a la poética del realismo social en Antonio B. el Rojo, ciudadano de tercera; sin embargo, aquel libro era más bien un especímen de "non fiction novel" que reconstruía la andadura vital de un hombre que, en la España rural de la posguerra, había sufrido toda suerte de vejaciones e iniquidades por parte de la “justicia” franquista. El testimonio de ese desdichado Antonio B. no evita las escenas truculentas pero tampoco se regodea en ellas, porque el objetivo es hacer la crónica de uno de tantos casos singulares de represión bárbara y ultraje de dignidad.

Pero la imaginación literaria de Pinilla trabajaba mejor con complejas tramas colectivas de significación simbólica que con individuos. Así, en los años ochenta está ya enfrascado en la construcción de un vastísimo proyecto novelístico del que dio un avance en Verdes valles, colinas rojas (1986). Bajo ese nombre iba creciendo la obra durante dos decenios, hasta que en 2004, en una pasmosa lección de perseverancia y energía narrativa, empezó a publicarse,  por razones editoriales (¡las más de dos mil quinientas páginas que ocupa!) en tres partes: La tierra convulsa (2004), Los cuerpos desnudos (2005) y Las cenizas del hierro (2006).

Verdes valles, colinas rojas es un empeño anacrónico y magnífico, una vasta novela-río ubicada en el País Vasco, una narración recorrida por el telurismo ancestral, por un designio mítico-fundacional, por la que fluyen las generaciones de dos familias, los acaudalados Baskardo y los humildes Altube, los vástagos, legítimos unos, bastardos los otros, entretejiendo sus destinos para urdir así el tapiz intrahistórico del País Vasco.

En el sucederse de los triunfos, las desgracias y la muerte, de personajes shakespeareanos (la ambigua Ella, factor desencadenante al quedarse embarazada) y de encarnaciones de tipos sociales como el intelectual irresoluto, se asiste a la ondulación de la vida colectiva de Euskadi durante el siglo XX, desde el nacionalismo de Arana, el auge de la industrialización metalúrgica y el crecimiento de de una burguesía conservadora (y cómplice de Franco) hasta la represión de la posguerra, el surgimiento de ETA, la crisis industrial, el nuevo Bilbao, el museo Guggenheim y las oscuras sombras del terrorismo... El panorama histórico y social que abarca da la impresión de totalidad y de objetividad narrativa, no porque Pinilla haya recurrido al expediente de la impasibilidad narrativa, sino porque, muy al contrario, la multitud de narradores y perspectivas, junto al distanciamiento que interpone el autor implícito, logran que el conjunto parezca venir de una fuente externa y como indiferente al tiempo. Si por un lado la polifonía y la turbamulta de personajes impiden una visión unilateral de la realidad vasca, por otro esa realidad se enriquece con un tratamiento próximo a veces al realismo maravilloso. La falta de entendimiento entre las gentes del valle y las de las minas (las “colinas rojas”), entre la oligarquía industrial y la Euskadi rural, son descritas en el escenario de Getxo, que adquiere las características simbólicas de una sinécdoque espacial. (págs. 768-770)

 

martes, 13 de junio de 2023

" La indeclinable actitud de ir a su aire"

 

                                                     1923-2023   

         En el centenario del nacimiento de
                 Ramiro Pinilla                                         





Santos Sanz Villanueva. La novela española durante el franquismo. Itinerarios de la anormalidad . Madrid: Editorial Gredos, 2010

Santos Sanz Villanueva deja claro en este libro que ha seguido la trayectoria literaria y personal de Ramiro Pinilla, seguramente para ser consecuente con darle la importancia literaria que debería tener y el hecho de "no tener el eco que merece", según sus palabras. Cuando el libro se publica el autor es catedrático, ya desde 1992 de la Universidad Complutense.

El capítulo III tiene por título La novela en el medio siglo y, dentro de él, en el apartado 4 analiza: Formas narrativas no mayoritarias del medio siglo. Y así comenta la obra de Ramiro Pinilla:

“Entre los más singulares narradores del medio siglo figura el bilbaíno Ramiro Pinilla (1923), nombre apenas conocido hasta hace cuatro días (o mejor, olvidado, pues no le fue ajena la notoriedad hace unas décadas) a pesar de una larga y prolífica trayectoria, galardonada en los años sesenta con premios populares (el Nadal, finalista en el Planeta). Su olvido reciente tiene un par de explicaciones. Por un lado, hace al menos un cuarto de siglo que decidió un voluntario apartamiento de la sociedad literaria y de los mecanismos habituales en la difusión de las letras; con ello rechazaba las prácticas editoriales comunes que había sufrido en su propia carne y a raíz de las cuales fundó unas fracasadas Ediciones Libropueblo con el expreso propósito de publicar a precios no comerciales. De este modo se reafirmaba en una soledad e independencia orgullosas. A esta marginalidad buscada, se añade otra razón muy distinta: el carácter de la escritura de Pinilla está fuera de los registros comunes en nuestra literatura. En la ideación, prefiere la inventiva de raíz mítica asentada entre el símbolo y la alegoría. En el estilo, se inclina a un fraseo nada sintético, faulkneriano, más cerca de Benet que de Baroja. En la problemática, le interesa un análisis antropológico que se dilata hacia los orígenes mismos de nuestra naturaleza con el ambicioso propósito de hacer una especie de epopeya de la humanidad desde su aparición en el planeta hasta estos tiempos actuales de degradación, según su manera de ver la sociedad de la era industrial.

La indeclinable actitud de Ramiro Pinilla de ir a su aire, de seguir los modelos que su gusto le ha venido dictando, la fe insobornable en la libertad del escritor como requisito básico de su trabajo y el apartamiento de capillas literarias confieren a su figura un lugar independiente en la prosa castellana de medio siglo. Tan independiente que, cuando predomina el realismo y el objetivismo, se lanza a la figuración fabulística de expresión verbal compleja (Las ciegas hormigas) y, por el contrario, cuando el realismo tradicional anda en declive da uno de los más atroces testimonios de la degradación material y moral de la España rural bajo el franquismo (Antonio B., el Rojo, ciudadano de tercera).

(...) escritor de temprana vocación que ya publicó, bajo pseudónimo, una novela policíaca, en la estela de su afición como lector, a mediados de los cuarenta, gusto al que mucho más tarde ha tributado homenaje en una obra de investigación criminal Sólo un muerto más (2009), que aborda con guiños al género, el esclarecimiento de un punto suelto e incidental de la saga de Getxo que luego comentaré, el intento de asesinato de dos hermanos. Tras aquellos remotos inicios (en los que también hizo novela popular del oeste), se dio a conocer con su nombre en 1957 con El ídolo. Una primera etapa de su obra, la que se dilata por los años sesenta y comienzos del decenio siguiente, se inscribe en el mundo imaginario y mítico de su preferencia, al cual llegó a través de la lectura absorbente y admirativa de William Faulkner, y bajo el  impacto temático y estilístico de Mientras yo agonizo. En ella figuran Las ciegas hormigas (1961), [...] En el tiempo de los tallos verdes (1969) y Seno (1971), esta última firme en su sustento fantaseador o fabulístico, aunque ahora bajo otro estímulo, el realismo mágico de la recién llegada narrativa del boom hispanoamericano.

La visión mitológica de Pinilla continua en los años setenta con ¡Recuerda, oh recuerda! (1975), obra seminal de la aludida serie (la saga de Getxo), pero que tiene un jalón testimonial en Antonio B., el Rojo, ciudadano de tercera (1977). Aquí el autor se entrega, excepcionalmente y con un trabajo sin resquicios formales o inventivos, a un realismo de corte documental y crítico que supone continuación o auténtico rescate de la literatura de denuncia del medio siglo que Pinilla no había seguido en su momento.[...] Un marginado social que había sufrido injusticias extremas desde su niñez y en la adolescencia en la alta posguerra le propuso a Pinilla contarle su vida y que este le diera forma [...] La terrible biografía de Antonio constituye un alegato contra las condiciones de vida de la España franquista.[...] Los comportamientos de las fuerzas vivas locales, la Guardia Civil, los jueces y la Iglesia, arrojan un documento social con valor de alegato y denuncia de los más nítidos y comprometidos de toda la literatura española reciente.

En cualquier caso, Antonio B. constituye una muestra del que tal vez sea el gran motivo absoluto de Pinilla, la libertad, uno de los ejes sobre los que el autor monta su gran serie mítico-legendaria-histórica sobre el País Vasco y el nacionalismo centrada en el lugar del residencia del escritor, la bilbaína localidad de Getxo.

La serie, que desemboca por el momento en una vasta trilogía, es muy compleja y se desarrolla como por impulsos de ir ampliando una materia fundacional. Le valdría la imagen de las ondas concéntricas que forman las piedras lanzadas a un estanque.

Verdes valles, colinas rojas asume con ambición faraónica el empeño de mostrar el desarrollo de la sociedad vasca desde el último tercio del siglo XIX y hasta fechas cercanas a las nuestras, ello sin olvidar, a la vez, las raíces étnicas milenarias. El moroso relato de episodios mágico-legendarios cede el protagonismo a la proyección sobre el mundo reciente de la dicotomía anunciada en el título. Dos sagas familiares de legendarios orígenes se contraponen. Por una parte la etnia de los Baskardo, asentada en su espacio primitivo, San Baskardo (territorio imaginario superpuesto a la actual Getxo), comunidad orgullosa, independiente, feroz en la defensa de sus peculiaridades. Por otra, la saga del Altube, enraizada en un medio económico y social rural. Alguien de cada una de ambas familias quebrantará la tradición propia. Los respectivos mundos que representan, la industria y el campo, entran en los convulsos tiempos contemporáneos. La historia novelesca va contraponiendo el mundo de la naturaleza y el de la industria, la tradición y la modernidad, la economía rural y la industrial, la población originaria y la emigración laboral, el tradicionalismo burgués y el socialismo. La trilogía se recrea en reconstruir el fin de un tiempo edénico y el arranque de un futuro inquietante, si no abiertamente adverso.

Esta dilatada y abarcadora panoplia de asuntos remite a las incertidumbres generales del País Vasco en la pasada centuria con ánimo abarcador de una problemática compleja. Sin entrar en matices, Pinilla se manifiesta contrario al nacionalismo en cuanto actitud sostenida sobre la fe. Apuesta por la libertad desencorsetada de esa fe que impide las decisiones independientes. Además, el referente concreto, incuestionable y básico de la novela, el País Vasco, no constriñe el sentido de esta a ese lugar específico, sino que de nuevo traza una parábola de la existencia humana en su globalidad. Semejante empeño temático se aborda con un tratamiento literario donde conviven lo legendario y lo documental, y donde las múltiples historias personales de ambiciones sin límite, amor y odio, riqueza y miseria, sirven a un retrato colectivo.

La obra de Pinilla representa, en el curso de la narrativa española de postguerra, la viabilidad de modos diferentes a la corriente mayoritaria. También aclara algo importante: que solo una inquebrantable decisión dispuesta a asumir el alto coste de mantener con firmeza una postura propia permite sobrevivir a las convenciones dominantes.

 (págs 297-301)

 NOTAS AL MARGEN:

1. El seguimiento de la andadura (en parte) de Pinilla por parte del catedrático llega hasta 2009, año de publicación de la novela policíaca Solo un muerto más, ya que, como él explica, "las referencias a las obras de los escritores comentados alcanzan hasta el día de Todos los Santos de 2009, fecha en que se cierra esta introducción". 

  2. Esta es una portada de Mientras agonizo, la obra de W. Faulkner que está en el origen de la novela de Pinilla Las ciegas hormigas.

(El carro de la portada me recuerda el carro con la carga de carbón de la familia Jauregi por la llanura de La Galea)